jueves, abril 10

La Vega Baja no puede ser la trinchera de Mazón

Desde aquella sobremesa en El Ventorro, al ya muy poco honorable presidente de la Generalitat Valenciana le persiguen las protestas. Y no es para menos. Pero no solo ha sucedido eso, sino que desde aquel fatídico día, y en ese intento de huir hacia delante y de la capital, Carlos Mazón ha mirado hacía la Vega Baja. Y es normal que lo hagan, él y quienes le asesoran, vista la lejanía geográfica y política que históricamente ha tenido nuestra comarca con Valencia y que en el Partido Popular la consideran uno de sus mejores caladeros de votos.

Tirando de manual electoral, en apenas tres semanas ha viajado hasta Orihuela dos veces. Una para visitar el Juzgado Privativo de Aguas de la ciudad, lo que al Partido Popular le encaja perfectamente en sus estrategias más básicas. Está relacionado con el agua y los regantes, a los que lleva décadas manipulando y usando electoralmente. Y el pasado sábado en un acto de partido, para movilizar a sus cargos públicos y mostrar a un Mazón arropado a la vez que agitar la otra bandera que les funciona muy bien en esta tierra mayoritariamente castellanohablante, la de la lengua.

Pero ni intentar rodearse de regantes afines, ni animar el enfrentamiento y la división que critica pero al mismo tiempo provoca con una consulta sobre la lengua vehicular en los centros educativos,  libran al “president” de situaciones tan incomodas como las que hemos visto este fin de semana. Los gritos de «Mazón dimisión» o «el President a Picassent»  son ya la banda sonora de su agenda política e institucional. Pero a estas protestas, que expresan el dolor e indignación por su gestión en la DANA se suman otras como la de los afectados de sus políticas en el IES El Palmeral.

El momento viralizado en las redes sociales y vivido a las puertas de un bar de la mítica plaza de San Sebastián, cuando Mazón se disponía a salir de allí hacía La Lonja, son la muestra de que la tensión no tiene su epicentro en Valencia y alcanza a unos cuantos kilómetros a la redonda. Sino de que llega a todos los rincones de la Comunidad Valenciana. Y en castellano o en valenciano, afines o rivales, con poco más de año y medio en el cargo, en todas las comarcas tenemos claro que esta persona no puede seguir al frente de la Generalitat Valenciana.

También lo saben en el Partido Popular. A la salida del bar, algunos de sus cargos en la Vega Baja se desmarcaban de la comitiva y de Carlos Mazón para ir por otro lado y desentenderse de la polémica y de su líder. Y aunque no lo hicieran conscientemente ni fuera un gesto premeditado, no deja de serlo. Y esa realidad no hay aplauso ni foto de grupo con sonrisas fingidas que la oculte. La situación es insostenible, se mire desde el punto de vista que se mire, por mucho que Mazón se empeñe en seguir aferrado al cargo y Vox lo sostenga, como vimos en la votación sobre su dimisión en las Cortes Valencianas.

Llegados a este punto, no podemos consentir que el Partido Popular convierta la Vega Baja en la trinchera de Carlos Mazón. Y sus cargos en esta comarca tampoco deberían permitirlo.

Rubén Ferrándiz, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Pilar de la Horadada y miembro de la Comisión Ejecutiva Comarcal del PSOE en la Vega Baja