Los escándalos de corrupción los protagonizan unas pocas personas y afectan injustamente a toda la organización, incluida la labor honrada de miles de socialistas en los pueblos
Este jueves se conocía la gravedad de los indicios a los que apunta la investigación de la Guardia Civil tras hacerse público un informe que involucra directamente a tres personas relacionadas con el área de Organización del PSOE, y su secretario general, Pedro Sánchez, daba la cara ante los medios de comunicación en una rueda de prensa desde la sede de Ferraz. En su comparecencia, pidió perdón a la ciudadanía y en especial a la militancia del partido por las informaciones conocidas y explicó las medidas internas que tomará en materia de regeneración democrática.
Frente a la corrupción: el PSOE actúa, el PP no
Pedro Sánchez había solicitado a Santos Cerdán su dimisión como secretario de Organización con efecto inmediato y su renuncia al acta como parlamentario. «Desgraciadamente en este mundo no existe la corrupción cero, pero sí debe existir la tolerancia cero cuando esta se produce», afirmó tajantemente el líder del PSOE y defendió que «Esta es una organización seria». Sánchez recordó que ante el menor indicio, el PSOE actúa, mientras otros partidos amparan la corrupción señalando a actuales presidentes autonómicos y otros dirigentes.
Transparencia: nada que temer, nada que ocultar
Además, el secretario general hizo el anuncio de más medidas como respuesta al escándalo de corrupción. Una de ellas será una reforma de la Comisión Ejecutiva Federal tras la salida del secretario de Organización, que se conocerá en la siguiente reunión del Comité Federal. La otra, que el PSOE también someterá sus cuentas, pese a estar avaladas por el Tribunal de Cuentas, a una auditoría externa para desterrar «cualquier sospecha de duda que tenga la ciudadanía».
Pedir perdón: a los ciudadanos y los militantes
La cara del secretario general expresaba el sentimiento de todos en el PSOE y reconoció su «profunda tristeza e indignación» por los hechos conocidos y ver que todo «un proyecto político en el que confían millones de personas se vea enturbiado por la conducta de unos pocos». También a nivel local, donde cientos de militantes desempeñan con honradez y sin ganar nada a cambio una labor intachable como alcaldes, concejales o en las agrupaciones locales y se ven injustamente afectados por un escándalo de corrupción que han protagonizado unos pocos.